A veces
enterramos los sueños, nos negamos a nosotros mismos la satisfacción de realizar
lo soñado por miedo, simples miedos que nos llevan a la ruina interior, porque
cuando quieres algo no te rindas antes de empezar, por miedo a fallar, a no
llegar al objetivo final dejando las cosas a medias o ni siquiera arrancando. Luchar
por nuestros sueños, por lo que queremos, ¡por quien queremos!, eso es lo que
nos hará fuertes y nos dará las ganas de levantarnos todas las mañanas pensando
que algo o alguien nos impulsa a seguir, que ese objetivo final nos espera al
final de ese túnel que es la vida, porque la vida es una lucha constante contra
nosotros mismo….
Recuérdalo
siempre, eres tú mismo el que pone límites a tu felicidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario